La Internet de los objetos (IoT) es un conjunto de tecnologías que permiten a los "objetos" cotidianos conectarse a Internet y enviar y recibir datos. Desde los vehículos autónomos hasta las ciudades inteligentes y la Industria 4.0, muchas de las innovaciones y nuevos servicios y productos que salen al mercado utilizan el IoT.
El IoT está colaborando con otras tecnologías de vanguardia como el big data, la inteligencia artificial, el blockchain, la computación en la nube y en los bordes, la realidad aumentada y el 5G para impulsar sus aplicaciones.
Averigua el aporte que deja cada uno de ellos:
Los grandes datos.
Dado que el IoT genera datos procedentes de miles o millones de sensores, los Big Data permitirán soluciones automatizadas (con actuadores) o controladas por el ser humano (con aplicaciones creadas al efecto) para supervisar, gestionar y optimizar los servicios distribuidos del IoT. De hecho, se puede decir que en todos los proyectos de IoT, las tecnologías de Big Data se consideran ahora una parte esencial de la solución.
Inteligencia Artificial.
Además del Big Data, la inteligencia artificial también es necesaria para procesar el gran número de "cosas" conectadas en red e interpretar los datos transmitidos por estos dispositivos.
La inteligencia artificial, las redes neuronales basadas en el aprendizaje profundo y la inteligencia de enjambre (el comportamiento colectivo de los sistemas descentralizados y autoorganizados) son algunas de las innovaciones clave que facilitarán la combinación de IA e IoT.
Los Blockchain.
La tecnología Blockchain puede utilizarse para resolver los problemas de seguridad en las soluciones de IoT. A medida que aumenta el número de conexiones a los dispositivos IoT, también lo hacen los puntos de acceso para los hackers. Por lo tanto, la autenticación y la normalización de todos los elementos de la IO son esenciales para su adopción generalizada.
Creemos que las medidas de identidad digital soberana también pueden utilizarse en las soluciones de IoT, asignando a cada dispositivo un identificador único y permitiéndole intercambiar sólo los datos de identificación y funcionamiento necesarios, en función del otro dispositivo o persona con la que se comunica.
Computación en la nube y en el borde.
Los modelos de Fog Computing y Edge Computing han surgido para resolver los problemas de comunicación que surgen en el contexto del IoT. Un ejemplo de aplicación de estas tres capas podría ser un vehículo autónomo en el que cada vehículo toma decisiones en tiempo real, como frenar, acelerar o cambiar de carril, basándose en los parámetros internos del vehículo -EDGE-, en su entorno -FOG- y en los datos generales de tráfico o meteorológicos, así como en nuevos algoritmos derivados de la nube -CLOUD-.
Los sistemas IoT son candidatos obvios para la gestión en la nube debido a sus características de multidispositivo y multiprotocolo. La creciente complejidad de los dispositivos y la necesidad de hacer que se comuniquen entre sí sin intervención humana están impulsando el uso de la computación de borde.
Este modelo tiene aplicación en ámbitos como los vehículos conectados y autónomos, las ciudades inteligentes y los hogares inteligentes.
La realidad aumentada.
La tecnología de realidad aumentada permite la visualización simultánea de datos procedentes de cientos de sensores y la presentación de información relevante y utilizable sobre el entorno a través de unos auriculares y una pantalla translúcida. Por ejemplo, cuando se maneja una máquina pesada, es posible ver en tiempo real qué piezas hay que sustituir.
5G y IoT móvil.
La tecnología 5G, con una velocidad y latencia mejoradas respecto a la 4G, promete un salto cualitativo y cuantitativo en aplicaciones como los coches autónomos o las operaciones robóticas a distancia. Esto significa que las aplicaciones que no podían resolverse con 4G ahora pueden hacerlo.
Por ejemplo, los expertos creen que las redes 5G podrán manejar las enormes cantidades de datos que generarán las ciudades inteligentes. Los vehículos autónomos son otro caso en el que el 5G es simplemente esencial. Las innovaciones 5G pueden permitir que los vehículos autónomos interactúen de forma segura entre sí, con la infraestructura de transporte e incluso con las propias carreteras.