¿La tecnología nos utiliza o nosotros utilizamos la tecnología? La respuesta no es la misma para todos, y está claro que a veces abusamos de una determinada herramienta que colocamos en un pedestal invencible que nadie puede derribar.
Todos los días vemos a personas que utilizan la tecnología al límite: los que no dejan su Blackberry ni en una fiesta, los que no se sienten cómodos saliendo sin su teléfono móvil, los que no pueden encender su ordenador sin Internet o los que prefieren salir sin ropa interior.
¿Cuánto tiempo pasamos delante de un dispositivo y cuánto con la gente a nivel personal?
Debemos darnos cuenta de que si tenemos un teléfono móvil para comunicarnos con la familia y los amigos cuando no estamos en casa, no es necesario utilizar algunos dispositivos, porque cuando estamos en casa seguimos necesitando usar el aparato.
No todas las necesidades que satisfacen los dispositivos tecnológicos son realmente importantes para nosotros, de ahí la necesidad de vigilar a los hijos, a la pareja, posiblemente a los amigos.
Es obvio que los mejores dispositivos ofrecen ventajas, pero hasta el punto de que la gente piensa que tiene el último dispositivo cuando en realidad sólo es mejor en uno o dos aspectos y se paga más que el dispositivo anterior. Tenemos que pensar en las consecuencias del uso constante de los dispositivos electrónicos.